El Parlamento peruano acepta reconsiderar el adelanto de las elecciones a octubre, tras la presión de Boluarte
América Latina
La presidenta lanza un ultimátum para levantar los obstáculos a comicios anticipados
El Congreso de los Diputados votó este lunes a favor de la reconsideración del adelanto electoral para octubre de este año, tal y como exigió en las horas previas la presidenta Dina Boluarte en su llamado al país. La votación (65 votos a favor, 49 en contra y 6 abstenciones) constató, no obstante, que el laberinto del Perú está lejos de encontrar una salida: se necesitan 87 votos (2/3 partes del hemiciclo) para que se apruebe el adelanto de las elecciones generales.
Al menos se trata de una oportunidad más en medio de la peor crisis política y social en años. El principal obstáculo para llevar a cabo lo que el país reclama de forma mayoritaria son, de nuevo, la izquierda y la derecha más radicales. Los seguidores del golpista Pedro Castillo insisten en imponer una Asamblea Constituyente, pese a que en las calles reclaman la salida de Boluarte y el adelanto electoral.
En la otra trinchera, Jorge Montoya, por los trumpistas de Renovación Popular (RP), aseguró que sólo habrá adelanto si Boluarte renuncia o si se le realiza una vacancia (impeachment) criollo. El diputado añadió que están en “guerra contra el comunismo” y que les toca hacer pedagogía política con el país: enseñarles a los que no saben lo que ellos sí saben.
El único avance fue la postura de la conservadora Avanza País, que se sumó al grupo comandado por el fujimorismo, centro e izquierda progresista, que apoyan la convocatoria inmediata de elecciones.
Horas antes de que el Congreso se reuniera por enésima vez, la presidenta decidió lanzar una especie de ultimátum. Boluarte presionó a un Parlamento que no la apoya con la presentación de dos reformas constitucionales si no se aprobaba el adelanto electoral en la sesión de este lunes. “Voten por el Perú, a favor del país, adelantando las elecciones al 2023 y digamos al Perú entero con la más alta responsabilidad que nos vamos todos”, disparó la mandataria, quien carga sobre sus hombros la muerte de 65 personas desde el fallido autogolpe de Estado de Pedro Castillo hace siete semanas.
La primera reforma constitucional comprendería el adelanto electoral para que la primera vuelta se dispute el 8 de octubre, la segunda en diciembre y el cambio de mando antes del 31 de diciembre. Con la segunda iniciativa, Boluarte pretende la reforma total de la Constitución con los nuevos diputados que salgan elegidos y que el nuevo texto sea votado por referéndum.
De esta forma, la sucesora de Castillo guardaría todavía su bala de plata: su renuncia, tal y como exige el 70% del país.
La Compañía Peruana de Estudios de Opinión confirmó que el 70% de los peruanos desaprueban la gestión de la primera mandataria, aunque sólo el 31% la responsabiliza de las protestas. Mucho peor lo lleva el Congreso: 87% de rechazo. La inmensa mayoría, el 79%, quiere que las elecciones se celebren este mismo año.
Como si ya no fuera bastante presión, la Fiscalía acudió ayer al Palacio de Gobierno y al Ministerio de Interior para proseguir sus investigaciones sobre las muertes violentas de la actual crisis política. Sobre la presidenta y sus principales colaboradores, incluido el primer ministro, Alberto Otárola, recaen acusaciones por genocidio, homicidio y lesiones graves.
La refriega política continúa en paralelo a las protestas, batallas campales, represión y bloqueos de carreteras. La primera víctima mortal en Lima, retransmitida en directo por las televisiones, encrespó aún más a un país que en distintas encuestas también ha mostrado su deseo de que se adelanten las elecciones y de que Boluarte renuncie.
Después de la fracasada toma de Lima preparada desde el sur de los Andes, donde las protestas sí son masivas, los enfrentamientos entre policías y radicales se repiten en el centro neurálgico del poder capitalino. Las marchas no alcanzan los 2.000 manifestantes.
Mientras tanto, prosigue el despliegue de brigadas militares en apoyo de la Policía para desbloquear las carreteras que han provocado cierto desabastecimiento en el sur del país. Ayer le tocó el turno a Ica, al sur de la capital, fundamental para las comunicaciones con esa parte del país.
Distintas opciones del calendario
D. L.
Éstas son las diferentes posibilidades para las elecciones en el país andino.
¿Se producirá el adelanto este 2023?
Es la opción deseada por la mayoría de la sociedad peruana y por la presidenta. Hay dos vías posibles para el adelanto a este año: el acuerdo en el Congreso o la renuncia de Boluarte y una posterior convocatoria que también necesita la aprobación de los diputados. En el primer caso se celebraría la primera vuelta en octubre y la segunda en diciembre para que el nuevo mandatario asumiese antes de que acabe el año. Es necesario que el adelanto se apruebe en primer término antes del 15 de febrero y en segundo lugar, días después, cuando ya haya comenzado el nuevo periodo legislativo, como exige la Constitución.
¿Qué posibilidades hay de que los comicios sean en 2024?
Los comicios generales adelantados para abril de 2024 es la opción favorita de los partidos de derecha, con la excusa de que se puedan poner antes en marcha unas necesarias reformas electorales, como la celebración de primarias y la imposición de dos cámaras. Se llevaría a cabo la primera vuelta en abril y la segunda en junio para que presidente y Parlamento asuman en julio.
¿Pueden ser las elecciones en 2026?
Agotar la legislatura, como si nada estuviera pasando en el país, es todavía la opción vigente ante la falta de consenso para el adelanto. El 28 de julio asumiría el ganador de la contienda electoral de abril y junio, cinco años después de la juramentación del golpista Pedro Castillo. En la anterior legislatura Perú contó con cuatro presidentes: Kuczynski, Martín Vizcarra, Manuel Merino y Sagasti.
Source: elmundo.es