Liz Truss culpa al “poderoso ‘establishment’ económico” de su fracaso político
Reino Unido
La ex primera ministra británica desafía a su sucesor Rishi Sunak a recortar impuestos y desregular la economía
Un ministro británico forzado a dimitir tiende a saldar cuentas, habitualmente, con un discurso en el Parlamento de Westminster crítico del gobierno de turno. Liz Truss, que comandó la más efímera jefatura de todos los tiempos, de apenas 49 días el pasado otoño, vuelca en cambio su frustración en un artículo de 4.000 palabras, publicado este domingo en el Sunday Telegraph, en el que culpa al “poderoso establishment económico” del fracaso de su plan fiscal y proyecto político, que empujó al Reino Unido al borde de la bancarrota.
La anterior primera ministra lamenta no haber tenido “una oportunidad realista” de aplicar su plan de crecimiento y desregulación de la economía, debido al “muy poderoso establishment económico” y la “falta de apoyo político” de sus correligionarios en el Partido Conservador. “Asumí, al entrar en Downing Street, que se respetaría y se aceptaría mi mandato. ¡Cuánto me equivoqué!”, exclama antes de admitir que fue una experiencia “dolorosa a nivel personal”.
Reconoce que no es completamente “irreprochable”, reitera que la comunicación del plan pudo mejorar, pero no se hace eco del impacto de su estrategia fiscal en ciudadanos que de súbito afrontaron hipotecas más caras o pensiones devaluadas.
Truss sigue convencida de que su receta de crecimiento económico, sustentado en un paquete de recortes fiscales injustificados superior a los 50.000 millones de euros, hubiera funcionado a “medio plazo”. Y reprocha la oposición del “más ortodoxo ecosistema económico”, en el que engloba al Ministerio de Economía, el Banco de Inglaterra y la Oficina de Responsabilidad Fiscal, en la esfera nacional, y al FMI, el presidente Joe Biden o el G7, entre otros factores internacionales.
“Subestimé la potencia de la ortodoxia económica y su influencia en los mercados”, analiza. La ex premier se refiere a la reacción mercantil y política a su mini presupuesto estatal, del pasado 23 de septiembre, que desencadenó una brutal depreciación de la libra esterlina y el encarecimiento de la deuda pública.
Al ministro de Negocios, Grant Shapps, le correspondió dar respuesta a la autodefensa de Truss, bajo cuyo mandato gestionó la cartera de Interior. “Hay que lidiar con las grandes cuestiones estructurales, con la inflación, con la deuda, antes de avanzar hacia la reducción de impuestos”, señaló en televisión el miembro del gabinete de Rishi Sunak.
Sunak perdió el liderazgo tory frente a Truss, en el verano de 2022, debido, precisamente, a su oposición al recorte fiscal a corto plazo. Sigue presionado por una amplia minoría de parlamentarios y un sector de los grandes donantes del partido, que desean un cambio de dirección en los próximos presupuestos, previstos para marzo.
Entre la oposición interna a la disciplina económica del primer ministro destacan los miembros del Grupo Conservador de Crecimiento (CGG), formado recientemente para alentar el retorno de su líder caída y promover los beneficios de una economía de impuestos mínimos, desregularizada de las imposiciones comunitarias y competitiva internacionalmente. Coinciden, según Jake Berry, anterior presidente del partido y crítico de Sunak, con el “diagnóstico” de Truss de la “enfermedad que afronta el país”.
Source: elmundo.es