La crisis verde de David Pérez, el penúltimo casadista de Ayuso: “No ha sabido medir el momento político”

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La crisis verde de David Pérez, el penúltimo casadista de Ayuso: "No ha sabido medir el momento político"
R. JIMÉNEZEFE

En el gobierno de Ayuso cuentan los días para las elecciones del 28 de mayo con una máxima: «Prudencia». Los buenos resultados que auguran las encuestas les hacen cuidar con mimo cada paso, sin perder la iniciativa pero, sobre todo, evitando los tropezones propios. «Como decía Di Stéfano a aquel portero: ‘Al menos no te metas dentro las que van fuera’», dicen en Sol. Que la oposición haga su trabajo y genere ruido, pero que no se lo pongan fácil los suyos. Así se interpreta la polémica desatada

por las obras de ampliación de la Línea 11, detenidas ahora tras la movilización vecinal de las últimas semanas, coronada con una manifestación.

Allí, en la zona verde que Gallardón plantó sobre la vieja M-30, brotaron las protestas de algunas asociaciones contra las obras de la nueva estación de Metro. El motivo: el buen número de árboles que se iban a llevar por delante. El cambio de ubicación de la boca de Metro llegó tras las recomendaciones técnicas sobre una zona delicada, entre los túneles subterráneos de la radial, la canalización de Isabel II y los numerosos edificios. Con el primer proyecto, unos vecinos se quejaron de que iban a tener muy cerca de sus casas la grúas. Con el segundo, otros lamentaron el

arboricidio

, como denominó la izquierda al talado.

De repente, a la crisis sanitaria que sufre el gobierno de Ayuso desde otoño se le unió este inesperado frente medioambiental. Lo que tenía que ser un imán de votos (la construcción de una nueva parada) pasó a ser un problema para Almeida, como alcalde responsable del cuidado de jardines, y para Ayuso, financiadora de cualquier infraestructura del suburbano.

Marcado por la crisis del PP

En Sol rápidamente pidieron explicaciones a la Consejería de Transportes, cartera importante que estuvo en manos de Ciudadanos en el primer tramo de la legislatura (con el ex presidente Garrido al frente) y que cayó tras el 4-M en las manos de David Pérez. Ni con el primero, por roces orgánicos y personales del pasado, ni con el segundo ha tenido Ayuso

feeling

, marcadas las relaciones con este último por la crisis del PP de hace un año.

Carlos Izquierdo

, Enrique López y el ex alcalde de

Alcorcón

fueron los tres miembros del gobierno regional que se mantuvieron fieles al Pablo Casado en mitad de la tormenta. López ya anunció días atrás

que dejará la política

tras las elecciones («Se va antes de que le echen», susurran en el PP madrileño) y del futuro de Izquierdo y Pérez poco se sabe, aunque las opciones de seguir en puestos de primera fila son escasas.

A

Pérez

miran desde Sol buscando explicaciones a esta minicrisis arbórea en una zona de la ciudad (Arganzuela) donde el voto en las últimas municipales fue de izquierdas. «Hemos plantado 5.00o en la legislatura… Y ahora nos íbamos a poner a cortar árboles… Era insensato en campaña», lamentan en el PP sobre el amago de una tala masiva a pocos meses de las urnas, agitando un asunto, el ecológico, siempre mejor utilizado por la izquierda que por la derecha.

«Pérez no ha sabido medir el momento político», insisten. La

Consejería de Medio Ambiente

, apuntan fuentes del Gobierno, sólo había autorizado cortar 80 árboles, no cientos. «Ahora lo malo es que situaciones de estas vamos a tener en otras obras del Metro. En todas hay que cortar árboles», responden desde Transportes.

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Source: elmundo.es