Una obra de teatro para luchar contra el olvido: un día en el infierno nazi de una mujer judía

Get real time updates directly on you device, subscribe now.

No había en el cielo ni una nube ese día de agosto de 1944, cuando en el centro de Budapest, dos policías detienen a una elegante mujer que se dirigía a su encuentro semanal para jugar al rumi en casa de su hermana. Llevaba Elsa Tabori su mejor abrigo negro, donde ella misma se había cosido la estrella amarilla obligada por las tropas nazis que habían invadido Hungría meses atrás. En esa misma jornada otros 4.000 judíos fueron apresados, en una operación en la que solo esta mujer de 60 años, cuyo marido ya estaba detenido y sus dos hijos exiliados en Londres, consiguió salvarse del campo de concentración de Auschwitz, gracias a la insólita intervención de un militar nazi. El relato de ese día fue escrito, años más tarde, por el autor húngaro George Tabori (Budapest, 1914-Berlín 2007), hijo de aquella mujer. Coraje de madre, un brillante texto que mezcla realidad y ficción, con el humor como arma de resistencia, y en la que la propia madre va enmendando y corrigiendo, sobre el escenario, las palabras de su hijo, se estrena por primera vez en España en el Teatro de la Abadía, en un decidido intento de sacar del silencio y el olvido la obra de este influyente autor, creador de un teatro complejo y profundamente humanista. La obra, dirigida por Helena Pimenta, e interpretada en sus papeles protagonistas por Isabel Ordaz y Pere Ponce, se representa en esta sala madrileña hasta el próximo 19 de marzo, fecha en la que se iniciará una larga gira.

“Europa no defendió a sus ciudadanos judíos. En el centro de esta obra yace la soledad de los judíos europeos, de cómo unos hombres con enorme poder cazaron a unos pobres inocentes ante la inacción y complicidad de muchos”, asegura Juan Mayorga, dramaturgo y director artístico de La Abadía, que inscribe la elección de Georges Tabori y su obra Coraje de madre en la aspiración de este centro teatral por ofrecer espectáculos de creadores importantes que, por alguna razón misteriosa, no han sido suficientemente representados, además de poner el foco sobre el llamado teatro de la memoria.

“Tabori es un autor enorme con una lucidez creativa especial y Coraje de madre es el ejemplo perfecto de un texto paradójicamente luminoso y bello sobre un acontecimiento oscuro y trágico” explica Mayorga. Para sacar del silencio y el olvido a este autor, cuya obra se centra principalmente en contar el genocidio alemán contra los judíos europeos, La Abadía ha organizado actividades paralelas al estreno de Coraje de madre con una serie de actos y encuentros en colaboración con otras instituciones, una exposición en el mismo teatro y la proyección de un documental sobre el autor (El escritor como extranjero) y de la película Yo confieso, dirigida por Alfred Hitchcock y cuyo guion fue escrito por el propio Tabori.

Hanna Schygulla en el papel de Elsa Tabori y el propio Georges Tabori como hijo, fueron los protagonistas del estreno de Coraje de madre en Munich (Alemania) en mayo de 1979, en una función que también dirigió el autor y cuyo cartel, una foto real de madre e hijo, se puede ver en la exposición en La Abadía. También allí la actriz alemana lucía ese hermoso abrigo negro con la estrella amarilla en el pecho. “Fue la misma Elsa la que se cosió la estrella y desde ese día, esa mujer luminosa dejó de cantar”, explica Helena Pimenta (Salamanca, 67 años), ex directora de la Compañía Nacional de Teatro Clásico y Premio Nacional de Teatro en 1993, absolutamente arrebatada por el mundo personal y teatral del autor húngaro. Ya en el exilio los dos, fue el propio Tabori el que invita a su madre a escribir unas anotaciones sobre su experiencia y con estos papeles él se anima a relatar “ese misterioso encuentro con un oficial alemán”, que le salvó la vida, y para el que saca a relucir el humor más corrosivo y la ironía más brillante como modo de enfrentarse al horror y la atrocidad. “La anécdota que cuenta la obra es insólita, pero auténtica. Milagrosamente, esta mujer luminosa, con un coraje y una dignidad muy particular, tal y como la describe su hijo, consigue ser perdonada y liberada. Tabori trasciende la historia desde el relato personal de una heroína anónima y lo hace con el humor como manera de esquivar el dolor”, añade Pimenta. Una reflexión a la que Mayorga añade: “Cada carcajada de Tabori es una victoria contra el nacionalsocialismo y contra Hitler”.

Conviven en Coraje de madre, de alguna manera, dos relatos de una misma historia, la del hijo que hace ficción y literatura frente a la realidad que vivió su madre. “La madre representa la inquietud de los supervivientes y se ve en la necesidad de dar testimonio de lo que ha vivido, algo que le pide a su hijo escritor. De alguna manera, se filtran los dos relatos. Madre e hijo se dejan manchar el uno por el otro. Por un lado, la madre se deja filtrar por la experiencia vital del hijo y el hijo, trayendo a la memoria la historia de su madre, está filtrando la dura realidad vivida ese día de verano bajo el dominio nazi en la que esta mujer simple se enfrenta al miedo y al horror. Coraje de madre es un acto de amor inmenso”, finaliza Pimenta.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.

Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal

RECÍBELO

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Source: elpais.com