El PSOE utilizará la moción de Vox como un bumerán contra Feijóo
Félix Bolaños ve una “oportunidad” para confrontar con el modelo de la derecha y ultraderecha
La moción de censura que registrará Vox en el Congreso el próximo lunes, proponiendo al catedrático Ramón Tamames como presidente de un Gobierno alternativo al de Pedro Sánchez, se ve en las filas socialistas como una oportunidad no sólo para revalidar su posición en La Moncloa sino también y, sobre todo, para intentar demostrar que la derecha es unívoca, que PP y Vox van de la mano y que tras las próximas elecciones generales no respaldar al PSOE implicará optar por una coalición ultra.
Con estas guías, el socialismo se prepara para convertir el debate de la moción en un bumerán en contra de los populares y de su líder, Alberto Núñez Feijóo.
Ni Pedro Sánchez ni el PSOE tienen nada que perder en el trámite. La moción no prosperará porque ninguna formación de la Cámara, distinta a Vox, le prestará su voto afirmativo. El Gobierno de coalición no corre ningún riesgo. Con esta red de seguridad, en el Ejecutivo y en el grupo parlamentario se preparan ya para sacar el máximo rédito político a la iniciativa y ello implica utilizarla para intentar minar las expectativas electorales, por ahora favorables, del Partido Popular.
Los factores organizativos juegan a su favor: la fecha de celebración del debate está en manos de la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, que la acomodará, como sucedió en la anterior moción contra Sánchez -también presentada por Vox- a la conveniencia política del presidente del Gobierno. Las fuentes consultadas en el PSOE se inclinan por aproximarla a los comicios municipales y autonómicos, probablemente en abril.
También depende de ellos la participación o no de Sánchez y, de momento, se muestran a favor de que el presidente del Gobierno suba a la tribuna. No hacerlo rebajaría el perfil del debate y daría la oportunidad a los rivales de acusarlo de cobardía, argumentan.
Por el contrario, aceptar dar la réplica a Tamames serviría para sacar pecho de las medidas puestas en marcha por el Gobierno, hacer una comparación exhaustiva con la gestión de los populares durante la crisis financiera y advertir de que los recortes económicos y en derechos serían el centro neurálgico de un hipotético Ejecutivo del PP y Vox. En realidad, no se trata tanto de confrontar con el candidato de la moción como de trasladar el foco del debate hacia el PP y su líder, aunque este no pueda tomar la palabra.
Los socialistas hablan ya de la moción «de la derecha» y del «modelo de Vox y PP», anticipando así su intención de meter en el mismo saco a Alberto Núñez Feijóo y a Santiago Abascal y sus respectivos proyectos políticos. El cara a cara con Tamames no les inquieta; su objetivo trasciende la mera respuesta que se dé al catedrático.
Confrontar modelos
El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, artífice garantizado de la estrategia que siga finalmente el presidente, asegura que la moción será «una gran oportunidad» para confrontar y «distinguir dos modelos»: el del Gobierno y el de la derecha y ultraderecha.
Para alimentar esta interpretación, señalan ya el propósito del PP de abstenerse en la votación final. Los populares por su parte, recuerdan que en la moción presentada por Pablo Iglesias contra Mariano Rajoy, la postura que adoptaron los socialistas fue precisamente esa, la abstención. Feijóo cree que finalmente todo se sustanciará en un «debate menor» porque la moción no tiene ninguna posibilidad de prosperar. Él apuesta por «volver a la política seria y dejar de lado el show parlamentario».
Mientras tanto, Bolaños y el portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, ya anticipan los cauces por los que discurrirá la intervención gubernamental. Y no son novedosos. Se trata de insistir, como explica el segundo, en «el Gobierno que sube las pensiones y el salario mínimo, aprueba el ingreso mínimo vital, la ley de eutanasia, la del aborto, el que aumenta el presupuesto para becas y dependencia…», en definitiva, «el que defiende y amplía derechos», y poner de manifiesto que este es el Ejecutivo que «la derecha quiere cambiar».
López da por hecho que en el debate se verán «los planes ocultos de la derecha y la extrema derecha». Y aventura que la moción probablemente «la han preparado juntos».
Señala a modo de pruebas el almuerzo que a finales de enero organizó Tamames con un grupo de académicos y al que asistió Feijóo y un encuentro entre este y Abascal a finales de septiembre que López califica de «secreto».
Él insiste en que con el debate «por fin se conocerá el plan oculto que están preparando PP y Vox». Y añade: «Ya sabemos lo que pasa cuando gobiernan juntos», en referencia al Gobierno de coalición entre ambas formaciones en Castilla y León. El supuesto «plan» de los dos partidos, «no tiene», según López, «a Tamames a la cabeza, sino a Feijóo».
LOS GRUPOS CALIFICAN LA INICIATIVA: «ESPERPENTO» «INÚTIL», «CHISTE», «RANCIA»
La iniciativa de Vox no tiene ninguna posibilidad de ser aprobada. Los grupos de la Cámara se dividirán entre el voto en contra y la abstención. Sólo logrará el apoyo de los 52 diputados de Santiago Abascal. Prácticamente todas las formaciones parlamentarias han calificado ya esta moción de censura con adjetivos peyorativos haciendo hincapié en su inutilidad. El presidente del grupo parlamentario de Unidas Podemos, Jaume Asens, tilda la moción de iniciativa «esperpento destinado al fracaso» y muestra sorpresa por que Tamames, un hombre que procede del PCE, se preste a encabezarla. Su compañero Juantxo López de Uralde la ha tachado de «rancia».
La portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurúa, habló de un «mal chiste» mientras señalaba que es algo que «no tiene sentido». «Desperdiciar dos días en una moción que no va a salir», insistió. En su opinión es «un ejercicio innecesario».
Por su parte, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, la considera un «despro-pósito» y opina que el único objetivo de Vox, la «extrema derecha», es «hacer ruido».
Ciudadanos también cree que la moción es «tan inútil como son las políticas que propone Vox».
Source: elmundo.es