La enfermera andaluza hostigada por el catalán: “Me da miedo salir a la calle, pueden darme una paliza”
La sanitaria perseguida por el Govern por criticar la exigencia de saber catalán está recibiendo “apoyo psicológico”
«Ahora mismo me da mucho miedo salir a la calle, por las consecuencias más allá del hospital. Hay gente que está muy loca y puede venir a darme una paliza. He recibido un montón de amenazas». Begoña Suárez, la enfermera andaluza de 25 años señalada por la Generalitat por criticar en un vídeo la exigencia de acreditar conocimientos de catalán para obtener una plaza de sanitario en Cataluña, relata en este mensaje enviado a un compañero al que ha tenido acceso EL MUNDO el estado de «ansiedad» en el que se encuentra sumida después del hostigamiento al que se ha visto sometida tanto en las redes como a nivel institucional.
«No voy a dejar el contrato, pero estoy tramitando la baja por estrés», cuenta después esta gaditana que lleva trabajando en el área de Pediatría del Hospital de Vall d’Hebron desde el pasado mes de julio y que está recibiendo «apoyo psicológico» al verse superada por el señalamiento nacionalista al que ha quedado expuesta y que ha liderado el propio Gobierno catalán a través de su consejero de Sanidad, Manel Balcells.
«Declaraciones como estas son intolerables en una servidora pública. Desde el centro hasta el Departamento de Salud llegaremos hasta el fondo de la cuestión. Abrimos un expediente. El sistema sanitario debe garantizar la atención en la lengua propia de Cataluña», clamó ayer el consejero después de que una turba de usuarios de Twitter hubiera puesto en marcha el linchamiento público a la enfermera por afirmar en un vídeo grabado hace tres semanas y difundido ayer: «Para sacarnos las putas oposiciones tenemos que tener el puto C-1 de catalán. Pues resulta que se va a sacar el nivel C-1 de catalán mi madre porque yo no me voy a sacar el C-1 de catalán».
«Que se vayan a trabajar a su casa y a hablar su lengua», «te exiliaba a tu puta comunidad o te fusilaba y te dejaba en una puta cuneta tirada hija de la grandísima puta» o «lo que tiene que hacer es irse a su amado Cádiz y no buscar trabajo en Cataluña y, si no lo encuentra, que se joda» son algunos de los mensajes dirigidos a la joven sanitaria, que está vinculada contractualmente a la Generalitat hasta el próximo 31 de marzo, según ha podido corroborar este diario a través de fuentes de Vall d’Hebron. EL MUNDO también ha tenido acceso al carné de colegiada de la sanitaria, que la vincula al Colegio Profesional de Enfermería de Sevilla. Ayer llegó a ponerse en duda su capacitación para ejercer por no estar colegiada en Cataluña.
Begoña dice sentirse en la necesidad de «pedir disculpas a todos los que se hayan sentido ofendidos por su vídeo» del cual asegura estar «muy arrepentida». Esta enfermera forma parte de un contingente de 300 sanitarios llegados el pasado verano desde Andalucía para cubrir plazas vacantes en diferentes hospitales de referencia del sistema catalán de salud. Ya el año pasado llegaron a Cataluña otros 1.000 enfermeros de la misma comunidad autónoma y obtuvieron un desagradable recibimiento al ser señalados por la entidad separatista Plataforma per la Llengua por no conocer el catalán. La organización -célebre por espiar a niños en el recreo para comprobar en qué idioma hablaban- preguntó a la Generalitat «cómo garantizará la atención en catalán a los pacientes por parte de los enfermeros andaluces». «No venimos a invadir Cataluña, venimos a sostener su sanidad. Me parece una vergüenza. A la gente que hemos venido nos duele. ¿Van a estar sin enfermeros y la gente de aquí muriendo porque no tienen atención?», protestaba en declaraciones a este diario Javier Rodríguez, un enfermero granadino que acudió para trabajar en el hospital Josep Trueta de Girona.
«La Generalitat no puede tolerar declaraciones catalanófobas y actos de supremacismo lingüísticos tan graves. Hacemos un llamamiento a los usuarios del Vall d’Hebron a denunciar las vulneraciones de los derechos lingüísticos que sufran», proclamó la autodenominada ONG del catalán.
«Hay un lingüicidio en marcha», clamó desde Bruselas el ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, quien sostuvo que «el odio hacia la lengua catalana es una constante entre muchos españoles». «Algunos funcionarios militan en la catalanofobia. Nos ofenden, nos insultan y les pagamos el sueldo», añadió el fugado de la Justicia española para amplificar el ataque a la enfermera gaditana.
Ni siquiera encontró cobijo la sanitaria señalada entre sus compañeros de gremio. El Colegio Oficial de Enfermeras de Barcelona consideró «inaceptable» el vídeo y exigió a los centros sanitarios catalanes «garantizar el derecho de las personas atendidas a poder utilizar su lengua para evitar que se produzcan situaciones como ésta». «Está demostrado que el hecho de atender a una persona en su lengua comporta beneficios para su salud», aseguraron.
Source: elmundo.es