Rosalía y Rauw Alejandro: perreo, bolero y un anillo de boda

Los dos cantantes publican el EP RR, formado por tres canciones: Beso, Vampiro y Promesa

Tres canciones para sus fans, esa es la idea del EP que Rosalía y Rauw Alejandro publican este viernes con el título de RR. En menos de 10 minutos de música, la unión de la doble erre solo sirve para reafirmar sus estilos y satisfacer a los devotos, que ya están fibrilando en redes sociales con los últimos segundos del vídeo de Beso, cuando Rosalía muestra un anillo de boda en un vídeo grabado con un móvil, que realmente es la única noticia del disco: ambos cantantes se van casar, como les podrán contar con más detalles nuestros compañeros de LOC.

Beso es la canción central del trío de temas, un reguetón meloso que convierte en música el vídeo de grabaciones caseras de la pareja dándose cariño. Besos, abrazos, risitas, risotadas, manitas, achuchones, carantoñas, miraditas: todo el repertorio completo.

Es música hecha por y para el amor, que se deshace en la boca como una cucharada sopera de flan de vainilla, un éxtasis romántico que planea sobre el ritmo sincopado reguetonero, que va fluctuando como olas que acarician la playa y que culmina en un estribillo muy resultón, razonablemente coreable en un concierto.

Vampiros es un tema más cercano al estilo de Rauw Alejandro, un reguetón más canalla para perrear en la discoteca, que en el caso de Rosalía recuerda a Linda, su volcánica colaboración con Tokischa de 2021. En todo caso, se nota que el diseño de sonido es más responsabilidad de la cantante española: el sintetizador que chirría en segundo plano tiene un punto a Saoko, su canción bandera de Motomami.

RR se cierra con un bolero llamado Promesa, que es como se deben llamar los boleros, aunque suene a electrónica mullida: la caja de ritmos es blandita como el cojín de una abuela; luego desaparece y la electrónica adquiere una textura más abstracta, un giro inesperado y el momento más interesante de todo el EP, especialmente porque en ese tramo, en esa composición de hechuras clasicotas, Rosalía entona con más hondura, evocando en su timbre prodigioso el eco de la vieja música latina, pero con los melismas de música joven actual.