“Día de Resistencia” en Israel contra el plan de reforma judicial

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Oriente Próximo

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Los organizadores de las masivas protestas que tienen lugar desde hace dos meses en Israel eligieron el aeropuerto para protestar

Manifestación este jueves en Tel Aviv.
Manifestación este jueves en Tel Aviv.EFE

“¡Si no paran el plan contra la democracia, paramos el Estado!”, avisaba un joven conduciendo su coche con la lentitud necesaria para causar el embotellamiento de la principal entrada y salida de Israel. El Aeropuerto Ben Gurion fue uno de los grandes focos del “Día de Resistencia Nacional” promovido este jueves por los detractores de la iniciativa del Gobierno para debilitar el poder judicial. La elección de este término refleja su voluntad, impulsada por una sensación de urgencia y preocupación, de elevar la intensidad de las manifestaciones.

Mientras, las gestiones bajo la tutela del presidente Isaac Herzog siguen sin fructificar en un pacto sobre la reforma que frene el proceso de aprobación en la Knésset y la vertiginosa carrera de su país hacia una fractura aún más profunda y quizá violenta. “Veo las imágenes y digo ¡Basta! Lo que ocurre es una tragedia. Desde hace 10 semanas trabajo sin pausa para proteger la sociedad y democracia de Israel”, afirmó Herzog que por primera vez exigió esta noche de forma pública al Gobierno enterrar su proyecto de reformas para cambiarlo por otro pactado que según revela puede lograrse pronto aunque depende de los políticos.

Los organizadores de las masivas protestas que tienen lugar desde hace dos meses en Israel eligieron el aeropuerto debido no solo a su carga simbólica y práctica sino a que entre los 70.000 pasajeros previstos este jueves se encontraba BenjamIn Netanyahu con billete a Italia.

Que el primer ministro de Israel tuviera que llegar en helicóptero al aeropuerto y que el secretario de Defensa estadounidense Lloyd Austin al aterrizar se reuniera con Netanyahu y con su homólogo israelí, Yoav Galant en la sede de la Industria Aeronáutica en la zona del aeropuerto son las últimas muestras de una crisis sin precedentes.

“El verdadero objetivo de la oposición es derrocar el Gobierno elegido democráticamente hace unos meses”, denunció Netanyahu antes de volar a Roma donde no le espera un fin de semana idílico con su esposa Sara. Italianos judíos e israelíes se manifestarán contra el plan judicial mientras una traductora local rechazó ir con él este jueves por la noche a la sinagoga en la capital italiana en protesta por “los peligrosos cambios para la democracia en Israel”.

El hecho que mientras “Israel está ardiendo”, en palabras de la oposición, Netanyahu haya decidido irse y quedarse en Italia hasta el sábado por la noche, elevó la cólera entre los manifestantes en el aeropuerto. Una veintena de ellos recibieron multas por negarse a avanzar con sus coches. “Es un precio menor ante lo que nos jugamos”, decía Omri.

Entre las protestas en 130 puntos en todo el país, la más madrugadora fue en las oficinas del Forum Kohelet, institución conservadora académica que sirvió de plataforma ideológica de la reforma. Un grupo de reservistas del Ejército que se manifiestan cada semana colocó sacos de cemento y alambradas en la puerta de sus oficinas en Jerusalén. La Policía detuvo varias horas a Ron Sharf, ex oficial de la unidad de élite Sayeret Matcal. La protesta llegó al mar cuando manifestantes, entre ellos dos ex altos mandos de la Fuerza Naval, bloquearon por unos minutos el acceso en el puerto de Haifa.

Al mediodía, decenas de miles de personas marcharon con banderas israelíes por las principales calles de Tel Aviv, la capital del ecosistema tecnológico que de forma mayoritaria se opone al plan judicial que por ejemplo daría al Gobierno la mayoría en la comisión de selección de jueces. Un grupo de manifestantes cortó la principal arteria vial del centro del país (Ayalón) durante una hora hasta que la Policía les dispersara. El oficial que les permitió cortar el acceso vio como horas despues el ministro Itamar ben Gvir le cambiaba de cargo en una intervención política inédita. Cada palabra y acción de este político ultraderechista sirven de gasolina a una protesta que se amplía minuto a minuto.

Source: elmundo.es