Las lágrimas de Lamar Johnson tras ser liberado después de pasar casi 30 años en prisión por un asesinato que no cometió

Estados Unidos

Actualizado

Lamar Johnson fue condenado a cadena perpetua en 1995 por, supuestamente, asesinar a otro hombre en el porche de su casa

Un juez de Missouri anuló el martes la condena de un hombre que ha cumplido casi 28 años de cadena perpetua por un asesinato que siempre ha dicho que no cometió. Lamar Johnson, de 50 años, cerró los ojos y sacudió ligeramente la cabeza mientras una mujer de su equipo legal le daba unas palmaditas en la espalda cuando el juez de circuito David Mason emitió su fallo.

Antes de anunciar su decisión, Mason dijo que, al sopesar el caso, tenía que haber “pruebas fiables de la inocencia real, pruebas tan fiables que realmente superen el estándar de claras y convincentes”.

Fue el pasado mes de agosto cuando la fiscal del distrito, Kim Gardner, presentó un recurso en busca de la liberación de Johnson, lo que provocó una audiencia en diciembre ante Mason. “Hoy los tribunales reparan un error anulando la sentencia del Sr. Lamar Johnson, después de su condena injusta en 1995”, ha asegurado Gardner en un comunicado después de la audiencia de este martes. “Y lo que es más importante, celebramos con el Sr. Johnson y su familia su salida de la sala como un hombre libre”, añade Gardner, “encantada de que el Sr. Johnson tenga la oportunidad de ser el hombre y miembro de la comunidad que desea”.

La fiscalía general de Misuri argumentó en la vista de diciembre que Johnson debía permanecer en prisión. La policía y la fiscalía atribuyeron el asesinato a una disputa por dinero de la droga. Desde el principio, Johnson mantuvo su inocencia, diciendo que estaba con su novia a kilómetros de distancia cuando se produjo el crimen.

Gardner dijo que su equipo había llevado a cabo una investigación que había concluido con que Johnson decía la verdad.

Asesinado a tiros en el porche de su casa

Boyd fue asesinado a tiros en el porche de su casa por dos hombres con pasamontañas el 30 de octubre de 1994. Johnson fue declarado culpable y condenado a cadena perpetua, pero un segundo sospechoso, Phil Campbell, se declaró culpable de cargos menores a cambio de una pena de siete años de prisión.

Johnson declaró en la vista de diciembre que estaba con su novia la noche del crimen, excepto unos minutos en los que salió de casa de un amigo para vender drogas en una esquina a varias manzanas de donde fue asesinada la víctima.

La novia de Johnson en aquel momento, Erika Barrow, declaró que estuvo con Johnson toda la noche, excepto unos cinco minutos cuando salió para vender droga. Dijo que la distancia entre la casa de la amiga y la casa de Boyd habría hecho imposible que Johnson fuera y volviera en cinco minutos.

Para la liberación de Johnson ha sido clave la declaración de un testigo que se retractó de su testimonio y un preso de la cárcel que dice que fue él – y no Johnson – quien participó junto a Campbell en el asesinato.

La inculpación de otro preso

James Howard, de 46 años, está cumpliendo cadena perpetua por asesinato y otros delitos llevados a cabo tres años después de que Boyd fuera asesinado. Howard declaró en el juicio que él y Campbell decidieron robar a Boyd, que debía dinero a uno de sus amigos por la venta de drogas.

Howard declaró que disparó a Boyd en la nuca y el cuello, y que Campbell disparó a Boyd en el costado. “¿Estaba Lamar Johnson allí?”, preguntó Jonathan Potts, abogado de Johnson. “No”, respondió Howard.

Howard y Campbell firmaron hace años declaraciones juradas en las que admitían el crimen y afirmaban que Johnson no estaba implicado. Otro hombre llamado James Gregory Elking declaró en diciembre que estaba en el porche con Boyd, intentando comprar crack, cuando los dos hombres, que llevaban pasamontañas negros, rodearon la casa y comenzaron el ataque.

Elking, que posteriormente pasó varios años en prisión por atraco a un banco, dijo en un primer momento a la policía que no podía identificar a los pistoleros, pero de todos modos accedió a que le hicieran una rueda de reconocimiento.

Elking declaró que, cuando no pudo identificar a nadie en la rueda de reconocimiento, el detective Joseph Nickerson le dijo: “Sé que sabes quién es”, y le instó a “ayudar a sacar a estos tipos de la calle”.

Elking dijo que se sentía “intimidado” y “presionado”, y nombró a Johnson como uno de los tiradores. Según la oficina de Gardner, Elking también recibió al menos 4.000 dólares tras aceptar testificar: “Me ha estado atormentando”, dijo sobre su papel en el envío de Johnson a la cárcel.

Nickerson negó haber coaccionado a Elking. Declaró en diciembre que la identificación de Johnson por parte de Elking se basó en todo lo que pudo ver de la cara del tirador: sus ojos.

Johnson tiene un ojo diferente al otro, dijo Nickerson. “Dwight Warren, que procesó a Johnson en 1995, dijo que, aparte del testimonio de Elking, la principal prueba contra Johnson era una conversación escuchada en una celda de la cárcel. Un informante de la cárcel, William Mock, dijo entonces a los investigadores que oyó hablar a Campbell y Johnson cuando uno de ellos dijo: “Deberíamos haber disparado a ese chico blanco”, refiriéndose al parecer a Elking.

Source: elmundo.es

11020232850abancoBrccadenacambiocasacasocincoclavecomprarcomunidadcondenaddecisióndeclaracióndoselerafamiliafebrerohaberhombreinterésinternacionaljuezLlegalmmesmisuriMobilemomentonocheoficinaPpartepasadopasarprimerprincipalsegundosersietetresUKUNvenderventaverVIDEOY