Asesino en serie
10 años después de que la adaptación del famoso videojuego bélico fuese noticia, su estreno en España no lo es. Las expectativas se han desinflado con una propuesta decepcionante
Con las series somos como los niños con los juguetes nuevos. A veces es la idea de una serie futura, la anticipación de cómo será, lo que más nos excita. Luego, cuando realmente podemos verla, descubrimos que nosotros mismos nos habíamos generado unas expectativas demasiado optimistas. Y llega el chasco. O peor aún: pasado el entusiasmo del anuncio se nos olvida la serie y cuando finalmente se estrena nos da lo mismo. Vivimos en futuro y en condicional.
Eso es lo que ha pasado con Halo. La adaptación del famoso videojuego bélico de ciencia ficción era uno de esos grandes proyectos televisivos que movió titulares antes de haberse empezado a grabar.
El camino recorrido por esta serie ha sido largo y tortuoso. Empezó a desarrollarse en 2013 pero su rodaje no comenzó hasta 2019, poco después de que Kyle Killen ocupase el puesto de showrunner. La pandemia fue el siguiente bache en la vida de Halo: su producción fue suspendida. En 2021 ésta pudo continuar y, por fin, en marzo del 22, la serie se estrenaba en EE.UU. A España ha llegado un año más tarde, como parte de la oferta inicial de SkyShowtime. 10 años después de que el desarrollo inicial de Halo fuese noticia, su estreno en España no lo es. Y no sólo porque nos hayamos cansado de esperar.
La maestría con la que The Last of Us se pliega a su esencia, la adaptación de un videojuego, en Halo son sólo buenas intenciones. Ambas series (y ambos videojuegos) no esconden ser una amalgama de referencias, pero en Halo se olvidan de que los ingredientes de la receta cuajen. Las alusiones a Dune o Starship Troopers, a veces tan literales que parecen crossovers, entran en el mix de Halo como un elefante en una cacharrería. En el juego funcionaban, pero en la serie chirrían. Aunque su protagonista sea un hombre convertido en un frío robot para la guerra, una serie tan costosa necesita más personalidad para como mínimo destacar en el catálogo de la plataforma que la acoge.
Interpretado por Pablo Schreiber, ese soldado perfecto huele a recalentado. Jefe Maestro (así se llama) es Terminator y es Robocop y es el mandaloriano. Su inventora, la doctora interpretada por Natasha McElhone tampoco destaca por su originalidad. Ni siquiera los diseños de la serie son dignos de mención. Ahí las sucesivas series de Star Wars o la desprejuiciada Fundación de Apple TV+ nos recuerdan que sus vistosas ideas visuales están ahí, a un clic de distancia. Porque a una serie de ciencia ficción uno también viene a eso.
Kyle Killen, responsable de Halo, tiene en su haber títulos interesantísimos. Series originales, arriesgadas… y fallidas. Lone Star (2010) no llegó a emitir su primera temporada completa y a la inquietante Awake (2012) se le negó una segunda. Ambas eran mucho mejores que Halo, que sí tendrá segunda entrega. Porque el negocio de la tele de 2023 es muy distinto al de 2013. Distinto y no necesariamente mejor. Halo era mejor cuando sólo era una idea. En un universo paralelo, todavía no se ha estrenado y seguimos esperándola con ilusión y expectativas infladas.
Source: elmundo.es