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El impacto directo de la economía digital en el PIB en 2020 fue del 10,9% y el de 2022, del 11,2%
La economía digitalizada española -definida como toda aquella actividad basada en bienes y servicios digitales- alcanzó el 22,6% sobre el total del PIB en 2022, un aumento de 0,6 puntos porcentuales respecto a lo marcado en 2020 (22%), según la tercera edición del informe Economía Digital en España. Mientras, entre 2019 (18,7%) y 2020 había aumentado 3,3 puntos porcentuales. Tanto Adigital como Boston Consulting Group, autores del informe, contextualizan esta ralentización en unos datos marcados, en todos los sentidos, por la pandemia.
Así, si de 2019 a 2020 hubo un crecimiento tan grande (de casi dos puntos porcentuales) en la contribución directa de la economía digital al PIB de España, se debió también a que el PIB se contrajo en el año de los confinamientos y la restricciones. Por otro lado, los cierres obligaron a acelerar el proceso de digitalización.
Con todo, el crecimiento continúa, si bien considerablemente ralentizado: entre el impacto directo de la economía digital en el PIB en 2020 (10,9%) y el de 2022 (11,2%) hay sólo 0,3 puntos porcentuales de diferencia y eso que entre medias hay un 2021 que no se refleja en los datos. Pablo Claver, director general y socio encargado de las Práctica de Organización y Personas para Iberia y Sudamérica de BCG, señaló en un encuentro con medios que el salto de año se hizo, precisamente, para tener una imagen más completa de la realidad del sector tras la pandemia.
En este sentido, Tello y Claver han incidido también en la necesidad de formar a los empleados y propietarios de las pymes además de formar a trabajadores especializados en el sector. España, tradicionalmente, presenta muy buenos datos de penetración de redes, lo que, sobre el papel, facilitaría la digitalización en cualquier ámbito. Sin embargo, también falla en competencias digitales, por lo que se produce esa doble falta de trabajadores especializados y especialización en los trabajadores.
Superar la barrera, apuntó Tello, permitiría que las pequeñas empresas accediesen a herramientas que permitiesen mejorar procesos como pagos, inventarios o contabilidad e ir más allá de la creación de una página web, algo con lo que se suele identificar la digitalización. “El reto no es tanto crear expertos, sino crear personas que son conscientes de las posibilidades que tienen al alcance de la mano”, explicó.
Por su parte, Carme Artigas, secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, recordó en el acto de presentación que “España es un país de pymes y si no somos capaces de digitalizarlas, no seremos capaces de digitalizar la economía española“.
El informe recoge también esta estructura y considera que es clave. Es más, no es sólo que el tejido empresarial esté compuesto en su gran mayoría -en torno al 99%- de pymes, sino que entre ellas tienen también un enorme peso las micropymes (10 empleados o menos) o empresas sin asalariados. Al trasladar este contexto a la digitalización, supone problemas de escala y recursos, pues resulta más caro invertir en procesos cuando estos tienen costes fijos elevados. Se refleja también en la especialización -no es lo mismo hacerlo cuando un único empleado supone el 20% de toda la plantilla que cuando no es ni el 1%- y en la atracción de talento, ya que no pueden competir con los sueldos de las grandes empresas.
A pesar de ello, tanto Tello como Claver destacaron la creciente presencia en España de scaleups, startups con un ritmo de crecimiento anual superior a un 20% en facturación o en número de empleados en los tres ejercicios anteriores, con una facturación mínima de un millón de dólares. De ellas, ya hay 15 que se han convertido en unicornios (han alcanzado una valoración de 1.000 millones de dólares) y esperan que el número crezca pronto. “Estimamos que podríamos terminar este año con 20 unicornios”, aseguró Claver.
Source: elmundo.es