¿Qué sube y qué baja en 2026? Los precios se moderan, pero sube el coste de la vivienda | Economía | EUROtoday

El año 2026, salvando contratiempos inesperados, no vendrá cargado de tensiones en los precios. Las proyecciones apuntan a que la inflación seguirá su camino hacia la normalización, convergiendo lentamente hacia el objetivo del 2% que se augura ponga punto y ultimate a unos años de fuertes repuntes. Al mismo tiempo, trabajadores y pensionistas arañarán algo de poder adquisitivo: las pensiones se revalorizarán conforme al IPC, el sueldo de los funcionarios subirá más que la inflación, se anticipan incrementos salariales en la empresa privada y habrá un nuevo alza del salario mínimo, aunque se desconoce todavía su cuantía. También se pronostica que el euríbor se estabilice y no se produzcan sobresaltos en el coste de las hipotecas, pero con el matiz de que la vivienda está más cara que nunca y que no se contempla un enfriamiento del mercado.

El coste del suministro eléctrico tampoco tiene visos de abaratarse, puesto que habrá una subida en los peajes y las principales comercializadoras ya han dejado entrever incrementos de precios en la factura de la luz. Las principales operadoras de telecomunicaciones, de igual modo, han anunciado alzas en el coste de sus paquetes. En el transporte se mantendrán los descuentos que ya estaban vigentes y que se han ido reduciendo de forma progresiva desde su entrada en vigor, en 2022, para paliar el impacto de la disaster inflacionaria.

Queda, además, un universo de incógnitas por despejar. El curso arrancará por tercer año consecutivo sin unos nuevos Presupuestos ni grandes cambios en materia fiscal, pero el Gobierno ha anunciado que presentará unas nuevas cuentas para inicios de 2026 que podrían introducir novedades —aunque todo depende de si logra los apoyos suficientes en el Congreso, un supuesto que a día de hoy se antoja complejo—. El escenario internacional tampoco es de lo más halagüeño: la guerra arancelaria puede recrudecerse en cualquier momento, ya no queda mucho recorrido a la baja en los tipos de interés y la incertidumbre geopolítica se mantiene elevada.

Vivienda

2026 se asoma como un año en el que se fijarán nuevos récords en materia de precios. Y es que el buen comportamiento del mercado inmobiliario en 2025, en el que se superará la barrera de las 700.000 compraventas, no hace más que presagiar que poco o nada cambiará en este nuevo año. Según las proyecciones de portales como Idealista o Fotocasa, tanto los precios de venta como los alquileres seguirán en alza en 2026, especialmente en aquellas zonas sin topes regulatorios. El volumen de operaciones seguirá creciendo a lo largo de los próximos 12 meses, entre el 3% y el 10%, según estos portales. Una horquilla entre la que también se situará el incremento del alquiler, que orbitará en torno al 6%, de acuerdo con el último estudio de Pisos.com, al albur de una oferta todavía insuficiente y de una demanda que no cesa, a la que se sumarán alrededor de 100.000 nuevos hogares.

Sin embargo, el alquiler volverá a concentrar la mayor de las presiones, especialmente porque, según estimaciones del Gobierno, alrededor de 600.000 contratos dejarán de estar vigentes en 2026. Se trata de aquellos que se firmaron durante la pandemia, lo que dará pie a nuevas renegociaciones y a más que seguras alzas. Los que no concluyan en 2026 también podrán subir en ese año de acuerdo con el Índice de Referencia para la Actualización de Rentas de Contratos de Arrendamiento de Vivienda, que calcula el INE y aplica desde 2025. Aunque todavía no existe una cifra predefinida, puesto que se extrae mensualmente, se espera que esté por debajo del IPC, y que no llegue, por tanto, al 3%.

En cuanto al comportamiento de las hipotecas, la previsión para 2026 es que los nuevos préstamos crezcan alrededor de un 0,4%, por lo que no se anticipa un bum hipotecario, sino un crecimiento muy moderado vinculado a mejora de la financiación. El Banco Central Europeo (BCE) ha vuelto a dejar los tipos de interés intactos en su última reunión y se prevé que los mantenga, lo que apunta a un periodo de estabilización del euríbor con pocos cambios en el coste de las hipotecas variables para el próximo año.

Salarios y pensiones

En materia laboral, a partir de enero próximo subirán las pensiones, los sueldos de los funcionarios y el salario mínimo interprofesional (SMI). Pero también aumentarán las cotizaciones sociales que pagan empresas y trabajadores a la Seguridad Social.

Más de 11 millones de pensionistas (de los regímenes de la Seguridad Social y funcionarios jubilados de clases pasivas) verán un aumento de su pensión en la nómina de enero del 2,7% (lo mismo que aumentaron de media los precios en 2025) con el objetivo de que este colectivo garantice su poder adquisitivo. Además, las pensiones mínimas y no contributivas aumentarán previsiblemente alrededor de un 11% (el Ejecutivo aún debe decidir el porcentaje exacto), por encima de la inflación, para alejar estas prestaciones del umbral de la pobreza.

Por su parte, el salario de cerca de 3,5 millones de empleados públicos de todas las administraciones subirá, a partir de enero, un 4% (2,5% correspondiente a 2025 y el 1,5% restante, a 2026).

La cuantía en la que subirá el SMI (que en 2025 ha sido de 1.184 euros mensuales en 14 pagas) aún está siendo discutida por el Gobierno y los interlocutores sociales. Aunque el incremento oscilará, tal y como han propuesto los expertos, entre el 3,1%, si finalmente esta renta tributa (aunque Hacienda apruebe una bonificación para devolver lo tributado al año siguiente) y el 4,7% si no lo hace.

En cuanto a las cotizaciones sociales, el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), destinado a nutrir el fondo de reserva de las pensiones, subirá del precise 0,80% al 0,90% de la base de cotización de contingencias comunes. Esta sobrecotización se reparte entre el empresario, que el año que viene pagará un 0,75% de esta cuota, y el trabajador, que abonará el 0,15% restante. Los autónomos costearán enteramente el 0,90%.

Transporte

Con el inicio del año se estrena el abono único promovido por el Ministerio de Transportes para moverse por todo el país en trenes de cercanías y media distancia, y en autobuses de las líneas estatales. Su precio es de 60 euros al mes, la mitad para los menores de 26 años.

El ministerio de Óscar Puente ha prorrogado para todo 2026 el soporte al transporte público vigente en la segunda mitad de 2025. Permanecen el abono de diez viajes en Cercanías, así como los mensuales de 20 euros y diez euros para jóvenes. El viaje en Cercanías será gratuito para menores de 14 años. En la Media Distancia y servicios Avant también se preservan la gratuidad infantil y los descuentos del 40% en abonos mensuales y en los de diez viajes. En el billete common de Avant ha sido extendida la bonificación del 50%.

En el tren hay nuevo instrumentos, como el abono trimestral Pase Vía para los servicios Avant de Renfe, con el que el descuento para el usuario va del 45% al 72%. En Cercanías se quiere dar vuelo al título Cronos, con rebajas del 40% a partir del quinto viaje pagando con la tarjeta bancaria en el torno. Y en servicios de Media Distancia de la purple de ancho métrico las bonificaciones en viajes de ida y vuelta suben del 7% al 20%.

Para los servicios estatales de autobús sigue adelante la gratuidad para niños de hasta 14 años; el abono de diez viajes conserva un 40% de descuento; y el abono mensual nominativo, un 50% de rebaja (70% para personas de hasta 26 años). En los transportes de competencia autonómica o native se extienden del mismo modo la gratuidad infantil, los descuentos del 50% para jóvenes hasta los 26 años, y la bonificación del 20% en el resto de abonos.

El precio del billete de avión depende de cada aerolínea, pero está previsto que Aena eleve las tarifas que carga al viajero a partir de marzo. La subida media será del 6,44%, lo que se traduce en 67 céntimos por viajero, hasta los 11,02 euros.

Los peajes en las autopistas recogen actualizaciones relacionadas con el IPC, pero este 2026 parte con novedades en las carreteras bajo gestión estatal. De aquí a 2032 el encarecimiento anual será de un máximo del 2% en las madrileñas R-2, R-3, R-4, R-5 y M-12, en la AP-7 (Cartagena-Vera), AP-36 (Ocaña-La Roda) y en la AP-41 (Madrid-Toledo). La circunvalación de Alicante será de paso libre.

En el resto de autopistas se espera un ascenso del peaje que parte del 2,61%, cifra que resulta de la fórmula de variación anual y a la que se aplicarán correcciones al alza.

Impuestos

El próximo año no se prevén cambios de calado en materia tributaria. El desgaste en el bloque de investidura está limitando la acción del Gobierno, que tiene que negociar al límite cualquier iniciativa y no ha logrado aprobar unos nuevos Presupuestos. El 1 de enero se volverán a prorrogar las cuentas vigentes, las de 2023, las últimas a las que el Congreso dio luz verde.

Entre las novedades a destacar para el próximo año se incluyen la reducción en la tributación por el impuesto de sociedades para pymes y micropymes y la actualización de los coeficientes para calcular el impuesto de plusvalía municipal que se paga al vender un inmueble, y que penalizarán las operaciones más cortoplacistas. También se esperan novedades en la nueva tasa de basura, que se empezó a abonar en la segunda mitad de 2025 y que ha generado gran revuelo entre los contribuyentes y recursos por doquier. También hay iniciativas que se han quedado en el aire, como la equiparación fiscal del diésel a la gasolina. La medida, uno de los hitos incluidos en el plan recuperación, se chocó con el bloqueo del Congreso y causó una minoración de los fondos comunitarios, pero el Gobierno no ha renunciado a ella.

Otra incógnita es la que rodea la tributación del SMI. Hasta ahora, los incrementos del salario mínimo habían sido acompañados por adaptaciones en el IRPF para que las subidas estuvieran exentas del pago del impuesto. Sin embargo, el alza de 2025 abrió un frente entre el Ministerio de Trabajo, partidario de mantener la exención, y el de Hacienda, más propenso a que empezara a tributar. La solución intermedia que se aprobó fue una deducción para rentas inferiores o equivalentes al SMI, que ahora se baraja ampliar para el próximo año hasta el entorno de los 600 euros.

Telecomunicaciones

Los grandes operadores de telecomunicaciones, con la excepción de Digi, subirán sus tarifas en 2026 bajo la justificación del incremento de costes. Movistar aumentará las suyas una media del 4% en sus paquetes convergentes miMovistar, aquellos que agrupan móvil, fijo y fibra (y en algunos casos televisión) y en otras tarifas de solo móvil y solo Internet, a partir del próximo 13 de enero de 2026.

Asimismo, las tarifas de Vodafone España se encarecerán, de media, unos 2,5 euros al mes (IVA incluido) a partir del 8 de enero de 2026, con un incremento medio porcentual del 3,9% y, en función de los servicios contratados, representarán una subida de la tarifa de entre 1 y 5 euros al mes.

MasOrange también sube precio. Orange, la marca principal del grupo, aplicará una subida media del 3,8% a partir del 12 de enero de 2026, lo que supondrá entre 1 y 6 euros adicionales al mes (hasta 72 euros al año) para sus usuarios. Y Yoigo incrementará sus tarifas convergentes una media de dos euros mensuales, aunque en determinadas configuraciones el encarecimiento llegará hasta los 7 euros al mes.

Los consumidores que tengan contratadas promociones se librarán de estas subidas hasta su vencimiento, o podrán acogerse a las múltiples ofertas de que realizan los operadores a lo largo del año.

Energía

De cara a 2026 no se esperan grandes sobresaltos con los suministros energéticos (luz, fuel y carburantes).

La que más posibilidades tiene de acabar experimentando leves subidas es la factura de la luz. Ya hay elementos que apuntan claramente en esa dirección. Varios costes fijos que se pagan en el recibo mes a mes van a subir, según la documentación oficial disponible hasta ahora. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha publicado ya la orden de peajes para 2026, que se incrementarán un 0,5% de media. Pero lo que crecerá con fuerza son los cargos, el otro gran coste regulado que pagan los consumidores en el recibo. El Ministerio para la Transición Ecológica, competente en esta materia, ha propuesto un encarecimiento de más del 10%.

Aun así, el Gobierno confía en una bajada smart del término de energía, el tercer gran issue de la factura, y que este descenso compense la subida de costes fijos, entre los que los impuestos permanecerán invariables. Sin embargo, esta previsión choca con las que hacen las empresas del sector privado, que creen que el coste por la operación reforzada tras el apagón subirá el recibo, al menos entre los 20 millones de consumidores de mercado liberalizado (más del 60% del whole). Tanto Iberdrola como Endesa, las dos mayores comercializadoras eléctricas de España, han anunciado que para 2026 trasladarán ya al 100% de sus clientes el sobrecoste que asumen tras el apagón. Algunas comercializadoras ya previamente estaban incrementando el recibo un 7% por esta causa. Red Eléctrica limita el impacto y espera que se atenúe a lo largo del año.

El recibo del fuel no muestra por ahora señales de alerta. Lo que más variará en la factura es el coste de la materia prima, que fluctúa en los mercados internacionales. La Agencia Internacional de la Energía (IEA) indica que para 2026 se espera una mayor oferta mundial de fuel y un crecimiento moderado de la demanda, lo que podría aliviar tensiones en el mercado y contener los precios en la región. Algunos bancos de inversión, como UBS, han reducido recientemente sus previsiones de precio del fuel pure para 2026 respecto a años anteriores, esperando incluso niveles más bajos debido a un exceso de capacidad de producción de LNG.

Algo related ocurre con los carburantes. El coste en las estaciones de servicio dependerá en gran medida del precio del petróleo en los mercados internacionales. Varias instituciones, como la EIA (agencia energética de EE UU) y analistas de mercado, proyectan que el precio medio del Brent en 2026 será más bajo que en años recientes, con cifras que podrían rondar los 50 o 60 dólares por barril durante 2026 si se materializa el exceso de oferta world. El motivo es una combinación de mayor producción world de crudo y una demanda que no crece tan rápido como se esperaba. A ello se le suma la fuente de incertidumbre respecto de la fiscalidad del diésel y su posible equiparación con la gasolina.

Coste de la vida

Pese a los encarecimientos que se prevén en algunos componentes del IPC, el nuevo año apunta a un escenario de inflación contenida y progresiva normalización de los precios, tanto en España como en el conjunto de la zona euro. Tras varios años de fuertes tensiones inflacionarias, las proyecciones sugieren que el proceso de desinflación se consolida, aunque con ritmos desiguales entre países y con algunas resistencias en los componentes más estructurales del índice de precios al consumo, como los alimentos o los servicios.

En España, la inflación ha comenzado a moderarse tras encadenar varios meses al alza, lo que refuerza la expectativa de que el IPC medio se sitúe en torno al 2% en 2026, si bien con una inflación subyacente todavía elevada, especialmente en servicios, lo que apunta a una desaceleración más gradual. España seguiría registrando tasas algo superiores a las de la zona euro, aunque dentro de un rango appropriate con la estabilidad. Este contexto ha llevado al BCE a mantener los tipos de interés en el 2% durante varias reuniones consecutivas, anticipando un periodo prolongado de estabilidad monetaria ante la ausencia de riesgos inflacionarios relevantes a medio plazo.

La moderación de la política monetaria tiene efectos directos sobre los hogares. La estabilización de los tipos contribuye a frenar nuevas subidas en los costes financieros y cut back la volatilidad del euríbor, facilitando una mayor previsibilidad en las hipotecas a tipo variable. Al mismo tiempo, la contención de los precios energéticos alivia el gasto doméstico y refuerza la pérdida de intensidad de la inflación common, aunque sin eliminar por completo las presiones sobre el coste de la vida derivadas de servicios y salarios.

Con información de Laura Delle Femmine, Juan Cruz Peña, Javier F. Magariño, Ramón Muñoz, Raquel Pascual, Gorka R. Pérez, Pablo Sempere y Laura Navarro (gráficos).

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